EL CEMENTERIO

Se vive aquí, las mañanas están
tranquilas, muy ocupadas por
las tardes con diversos ruidos
que se empiezan desde los
animales a los hombres y sus
cosas. Los que a veces se
permiten y se disfrutan otras

veces se llenan de dolor y
tristeza. El ruido por la tarde
calurosa se oye con tanta pena.
¡El cementerio! Los pájaros
melodiosos, el bocinazo del
coche, gente que continúa a
quejarse. Aquí se quedan los
pájaros solos cuando salgan los

coches y se acompaña el clarín
de canto fúnebre. ¡El cementerio!
muy solo pero lleno de toda gente
diversa: rica y pobre, humilde y
altiva, plebeya y famosa. Este lugar
tranquilo, bajo cuyas tumbas
continúa una vida activa con
alegría y abundancia. La vida

de las termitas, la de la lombriz.
Este lugar silencioso que se llena
de la muerte, Arriba de las
tumbas, hay las flores vistosos
las hierbas verdes y los arboles
grandes. ¿Puede olvidar
a los roedores y los saltamontes?
El cementerio nuestro cabo,

nuestra agonía y tribulación.
Acá nuestro gemido termina y
allá vive ella también, la más
bonita y cariñosa llena del
humor y la pasiόn. La desean
todos, su sonrisa su ojo
encantado pero temieron ir acá
a menudo, el trocito de miedo

aunque se pinta blanco la tumba
de όseo la tiene miedo. El
cementerio donde nos termina
la memoria aquí nuestra vida
esquiva Aún en la muerte lo
buscan para que les abrace el
cementerio.